La ciudad de Peñíscola, al Norte de la Comunidad Valenciana, se encuentra en un punto privilegiado del Mediterráneo español. Los 79 km2 de extensión del municipio, 17 de los cuales discurren paralelos al litoral, se reparten equitativamente entre las superficies forestales y los cálidos cultivos mediterráneos, entre los que no faltan el naranjo, el olivo y el almendro.
La ciudad antigua, coronada por la que fuera morada del Papa Benedicto XIII, un castillo-fortaleza del s. XIV, ocupa un imponente peñón que se alza 64 m sobre el azul del mar; está unido al continente por un cordón de arena que tiempo atrás era barrido por las olas durante los temporales, transformando a la ciudad en una efímera isla.
En contraste con el casco antiguo, se encuentran las nuevas calles y avenidas de la zona turística. Cálidas aguas en verano y otoño, se reparten entre las extensas playas de fina arena al norte de la ciudadela y hermosas calas flanqueadas por abruptos acantilados al sur.
• Castillo de Peñíscola
Construida por los Templarios sobre los restos de una antigua alcazaba árabe, entre 1294 y 1307, aunque en 1411 se reformó para convertirlo en sede pontificia de Benedicto XIII, Para llegar al castillo puedes subir andando desde el casco antiguo y te recomendamos parar antes o después de la vista, en los preciosos jardines del Parque de la Artillería y delante de la enorme escultura del Papa Luna, situada justo en la entrada.
• Casa de las Conchas
La Casa de las Conchas o de les Petxines, situada en el casco antiguo, es uno de los edificios más sorprendentes que visitar en Peñíscola. Esta casa se caracteriza por tener la fachada cubierta totalmente de conchas, que esconde una curiosa historia. Y es que hace más de 50 años una familia local, en homenaje al amor que sentían por el mar, fue revistiendo de conchas autóctonas su fachada, que iban adquiriendo intercambiando tabaco a varios marineros de la zona.
• Ermita de la Virgen de la Ermitana
La Iglesia de la Virgen de la Ermitana, situada en una bonita plaza e integrada a las murallas del Castillo, es otro de los lugares que ver en Peñíscola imprescindibles.
Construida entre 1.708 y 1.714, substituyendo una antigua capilla, esta ermita se caracteriza por su estilo barroco, su torre campanario de planta cuadrada y por tener en la fachada motivos militares y el escudo de Felipe V.
Durante tu estancia en Peñíscola no puedes dejar de recorrer su casco antiguo, como la calle de San Roque una de las calles más pintorescas que ver en Peñíscola, esta bonita calle empedrada está llena de casas de color blanco y macetas de colores. Si seguimos por la calle Santos Mártires y continúas descendiendo hacia el mar, llegaréis al Parque de la Artillería, un antiguo fortín militar del siglo XVI, que es actualmente un jardín botánico.
Es imprescindible que durante su estancia en Peñíscola visites sus playas, que cuentan con aguas cristalinas y unas fantásticas vistas del castillo o al puerto pesquero. Otro de los imprescindibles de Peñíscola es la Sierra de Irte, este Parque Natural protegido se pueden realizar varias rutas de senderismo y bicicleta que te llevarán a escondidas calas y playas entre acantilados, y construcciones históricas como la Torre Badum y los castillos de Xibert y Pulpis. Entre las calas y playas más bonitas destacan la Playa de Irta, la Playa del Pebret con la Duna del Pebret, la Cala Argilaga, la Cala Ribamar y la Playa del Russo. Disfrutar de las vistas del Mar Mediterráneo y de la costa al atardecer desde el Faro, es otra de las mejores cosas que hacer en Peñíscola.
Situado bajo el castillo del Papa Luna, esta torre octogonal blanca de 11 metros de altura fue inaugurada en 1899 y aunque no se puede entrar, merece la pena acercarte solo para disfrutar de las vistas. Acercarte por la tarde al puerto pesquero para ver las capturas del día de cada barco, es otra de las cosas que hacer en Peñíscola más populares.
Situado debajo de las murallas del castillo y protegido del fuerte oleaje por un enorme espigón, este puerto es junto al turismo uno de los grandes motores económicos de la zona y cuenta con una importante flota de barcos de todos los tamaños, además de una zona para embarcaciones de recreo.
• Avión
El aeropuerto más próximo es el de Castellón y está a tan solo 45 km de Peñíscola. Algunos aeropuertos con más volumen de tráfico aéreo son el de Reus, a 100 km y Valencia a 150 km.
• Tren
Peñíscola no cuenta con una estación de tren propia por lo que si quieres viajar a este destino tendrás que hacer uso de las estaciones cercanas. Las mejores opciones son las siguientes:
Estación de Benicarló-Peñíscola: Situada a 7 km del centro de Peñíscola, dispone de trayectos desde diferentes puntos de la península gracias a los trenes de largo recorrido de RENFE (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles). En época estival, desde la misma estación varios autobuses prestan sus servicios cada hora en dirección a Peñíscola. También podrás hacer uso del servicio de taxi.
Estación de Vinaroz: Aunque su distancia respecto al centro de Peñíscola sea de 20 km, es una estación de RENFE que cuenta todo el año tanto con servicio de autobús y taxi en dirección a Peñíscola. Es una opción más lejana, pero con mayor comodidad si tenemos en cuenta la disponibilidad y frecuencia de los autobuses (cada 30 minutos).
• Coche
Si decides viajar en coche hasta Peñíscola, deberás llegar a la autopista AP-7 y tomar la salida 43 (Peñíscola-Benicarló) para alcanzar la carretera N-340 y desde allí tomar la CV-141 y la CV-140 hasta el destino. Ambas carreteras cruzan toda la costa de España de norte a sur en paralelo al mar.
• Autobús
Peñíscola no dispone de estación de autobuses en sí, no obstante, hay empresas que ofrecen servicios de transporte que operan hasta este municipio.
Algunas de ellas son: