Bienvenidos a Ribadesella

Ribadesella es un concejo con mar y monte. Huele a Cantábrico y a Picos de Europa. Y al agua dulce del río Sella. A historia y tradición. A gastronomía y pesca. A territorio asturiano. A turismo para todas las edades.

Su encanto urbano se observa desde lo alto de la Ermita de Guía. La vista se pierde por el Paseo de la Grúa, la Ruta Histórica del Puerto, el Paseo Princesa Letizia, el de los Vencedores del Sella. Los ojos se clavan inevitablemente en la playa de Santa Marina, inmensa y perfecta, en el paseo que la cobija, lleno de majestuosas construcciones indianas, llenas de historia y color del siglo XX. La vista se vuelve al pasado, muy lejano, hasta pisar las huellas que los dinosaurios dejaron en la Punta´l Pozu.

La magia de Ribadesella reside igualmente en la zona rural, dibujada por las formas de la arquitectura popular y las casonas solariegas y salpicada, otra vez, por la fuerza del Cantábrico, que se resguarda en pequeñas calas salvajes y se estrella contra inmensos acantilados hasta salir, con toda su furia, por los ‘bufones’ que braman para poner banda sonora a la Naturaleza del Paraíso riosellano.

¿Qué ver en Ribadesella?

Cuevas Prehistóricas

Hablar de Arte en Ribadesella es viajar a la Prehistoria para descubrir la intensidad de la cueva de Tito Bustillo; la Cova Rosa, en San Antonio; El Cierru y Les Pedroses; La Cuevona del imponente macizo de Ardines; La Lloseta o el Tenis. Pinturas rupestres con un significado único que adquieren su máxima expresión en el Gran Panel de Tito Bustillo. Hallazgos que evidencian la antigüedad del territorio riosellano a través de cráneos, huesos y útiles de caza. El Arte en Ribadesella comienza con un viaje decenas de miles de años atrás para encontrar los orígenes de un mundo creado entre cavernas de estalactitas y estalagmitas, formaciones geológicas fascinantes, grutas imposibles y accesos diminutos.

La Iglesia      

Imponente en su plaza, despierta la historia de los primeros tiempos del siglo pasado con pinturas de los hermanos Uría Aza, el Nazareno de Víctor Hevia o los frisos del Altar Mayor que ideó Gerardo Zaragoza para dar vida después   Emilio del Valle Junco.

Otros

La Casa de González Prieto (Correos), la Casa de Collado (donde nacería más tarde Darío de Regoyos), la Casa del Pixuecu o el Palacio de la Atalaya, son sólo algunas de las joyas arquitectónicas e históricas que atesora la parte más vieja de la Villa. Paseos como el de La Grúa, que fueron senderos creados para transportar y tirar las redes a los barcos que salían a faenar a la mar y, por el trayecto, la Fuentina, a cuyos lados se dibujan paneles que cuentan la historia riosellana (Paneles de Mingote), por un lado; y que explican leyendas de xanas, trasgos y cuélebres, por otro. Y al fondo, en lo alto, una ermita, la de Guía, que observa desde lo más alto todo cuanto acontece en la villa riosellana. Fortificaciones de defensa y cañones que recuerdan cuando, un día, por la Guerra de la Independencia, fueron arrojados al mar por los franceses y recuperados más tarde por los riosellanos.

¿Qué hacer en Ribadesella?

Imprescindible

La playa de Santa Marina, en la villa, es tal vez la más importante. Su inicio coincide con la desembocadura del río Sella, creando así un espectáculo visual que genera, por sí solo, un atractivo poco común. Su arena es dorada y fina y su forma simula una concha perfecta.

La Atalaya es la otra playa urbana de Ribadesella. Responde a todas las características que se esperan de una cala escondida, acogedora y salvaje. Es el cobijo de los amantes de la naturaleza y la tranquilidad y, cuentan, que el bronceado resultante es dorado gracias a los cantos jurásicos que la rodean.

La playa de Vega, donde la vista pierde su horizonte por su arenal inmenso, es la gran playa riosellana. Declarada Monumento Natural de Asturias obtiene ese título gracias a la ausencia de urbanizaciones cercanas, la existencia de un sistema de dunas único y los restos jurásicos hallados en su pedrero más oriental.

Ruta Histórica del Puerto

Es un museo al aire libre que nos muestra la historia de Ribadesella con dibujos que diseñó el más grande humorista gráfico español, Antonio Mingote, siguiendo el guión del escritor local Toni Silva y que Pachu Muñíz trasladó a cerámica. Son seis murales en tonos azules y sepias, cada uno de ellos dedicado a una determinada época, que nos desvelan los momentos más relevantes de la historia local riosellana desde la Prehistoria hasta nuestros días. Es una ruta accesible con información en braille y audiciones que nos narran los diferentes momentos plasmados en cada uno de los paneles. Además, debido a su ubicación al aire libre, se puede visitar en cualquier momento del día.

Cueva de Tito Bustillo

Se localiza en el macizo de Ardines, junto a la desembocadura del río Sella y es la joya de las cuevas del concejo, donde los primitivos plasmaron sus inquietudes con gran brillantez. Destaca como uno de los santuarios del arte prehistórico más importantes del mundo y en 2008 fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Toda la caverna es una impresionante sucesión de galerías, estalactitas, salas y formaciones geológicas, pero la fama internacional de la cueva se debe a su yacimiento y sus pinturas magdalenienses. Por motivos de conservación, la Cueva de Tito Bustillo solo es visitable durante un periodo de seis meses al año, y cuenta con un número muy reducido de visitas diarias, por lo que es imprescindible realizar la reserva con antelación.

La Cuevona de Cueves

La Cuevona de Cuevas es una espectacular cavidad natural cuya particularidad es la de servir como única vía de comunicación con el exterior de este pequeño pueblo situado entre el río y la montaña. Como si de un túnel se tratara, la carretera se introduce dentro de la montaña, acompañada en su recorrido por un pequeño arroyo, dejando al visitante atónito frente a la espectacularidad de las formaciones que va contemplando. El arroyo de Cuevas es el principal protagonista que con su paso constante ha ido erosionando los materiales calcáreos, dando como resultado la formación de la caverna, durante miles de años, y las diferentes formas que se pueden ver de precipitación de la caliza: estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas… Todo ello configura un ecosistema muy poco conocido y de máxima fragilidad.

Incitas de dinosaurio. Acantilados de Tereñes

Para iniciarlo, se toma la carretera de subida a Tereñes hasta llegar a un alto en donde la misma hace un giro brusco a la izquierda, en un cruce de caminos.Aquí veremos el panel explicativo desde donde tomamos una estrecha carretera en ligero descenso durante 200m. de donde parte un camino a la derecha que conduce al acantilado.Es en el propio acantilado donde se pueden observar diversas huellas, entre las que destacan dos rastros (ver señalización), uno de dinosaurios bípedos y tridáctilos y otro muy espectacular de cuadrúpedos. El recorrido total por la base del acantilado que contiene las principales icnitas y "grietas de desecación" jurásicas es de 400 m.

Cómo llegar a Ribadesella

Avión
El Aeropuerto de Asturias se encuentra situado en Ranón a una distancia aproximada de 100 Km.

Tren
FEVE mantiene Ribadesella comunicada por ferrocarril de vía estrecha a través de la línea Oviedo-Santander.

Coche
Por la Autovía A-8, salida 326: Ribadesella oeste Pando-Bones, y salida 319 Ribadesella-Llovio. También se puede tomar la N-634 desde Oviedo o la N-632 desde Gijón.

Autobús
La empresa de transportes Alsa es la que presta este servicio.